Uno de los mitos más grandes sobre la inversión en preventa es que es accesible solo para ricos o aquellos con grandes sumas de capital. En la realidad, con planificación y asesoría adecuada, estas oportunidades pueden democratizarse completamente, abriendo un abanico de posibilidades para todo tipo de inversores.
El temor al fraude inmobiliario también persiste, pero con la introducción de cambios fiscales y tecnológicos, la seguridad ha mejorado significativamente. Invertir en investigación de proyectos y verificaciones fiscales ahora más accesibles son medidas que pueden mitigar este riesgo.
Otro mito común es que todas las inversiones deben redituar rápidamente o serán consideradas fracasos. Sin embargo, la paciencia puede ser una virtud dorada; algunas propiedades de preventa podrían necesitar tiempo antes de mostrar su verdadero potencial, actuando como depósitos a largo plazo de valor estratégico.
La idea de que únicamente los complejos de lujo merecen atención también está siendo desmentida. Desarrollos más modestos con enfoque en la comunidad resiliente están ganando tracción, demostrando que las inversiones no se limitan a brillar: también pueden cambiar vidas. Lo que viene podría ser incluso más revelador.