A medida que el turismo evoluciona a nivel global, las expectativas de los viajeros están reformulando lo que se considera deseable en propiedades de preventa. Lo que una vez solo era cuestión de cercanía ahora es una subcategoría de calidad, demanda, y conveniencia.
La demanda de experiencias personalizadas está fomentando la incorporación de servicios antes inexistentes en condominios. En vez de sólo quintas privadas, ahora encontramos servicio de conserjería, spas y restaurantes con chefs reconocidos, añadiendo capas de exclusividad que antes se pensaban solo accesibles en grandes hoteles.
Los turistas se convierten en habitantes a tiempo parcial, transformando las propiedades en oportunidades de ingreso mientras maximizan su propio confort al pasar temporadas prolongadas en estos desarrollos. La dualidad de ser huésped y residente revela un cambio notable en lo que esperamos de inversiones en la Riviera Maya.
Emergiendo del cambio están modelos de propiedad compartida y opciones modulares que proveen flexibilidad incluso si el mundo continúa cambiando rápidamente. Cómo adaptarse a estas condiciones y abrazarlas es una cuestión importante que el sector de desarrollo debe enfrentar, ya que podría determinar cuál será el nuevo paradigma de éxito en las inversiones turísticas.