Nos han enseñado que nada es verdaderamente gratuito, y esto es más cierto que nunca con las aplicaciones. Especialmente aquellas que afirman mejorar o reemplazar funciones de WhatsApp. A menudo, el costo real se paga con tus datos.
En el trasfondo, estas aplicaciones recopilan información exhaustiva de cada usuario. Desde hábitos de uso hasta información personal que podría ser utilizada para crear perfiles detallados, vendiendo así tu privacidad al mejor postor.
Evaluar siempre las repercusiones de las aplicaciones gratuitas es clave. Aquí es donde una mentalidad crítica es tu mejor aliado: leer los permisos con detenimiento y considerar las alternativas de pago que ofrecen garantías sobre el uso de tus datos.
Sin embargo, hay una particularidad más inquietante que aplica a estas aplicaciones y que quizás has pasado por alto. Prepárate para cuestionar todo lo que pensabas que sabías sobre estas ofertas de “sin costo”.